Lamentablemente, creo pensar que ver salir un toro del cajón o de la puerta de toriles va a ser una utopía viendo la que está cayendo y con las medidas tan estrictas que están dictando tanto España como en Europa. Las aglomeraciones de una plaza de toros son similares a las de un partido de fútbol, y todo parece indicar que será en 2021 cuando los futboleros puedan volver a ocupar el asiento de su estadio. Una plaza de toros o la calle será similar, y aunque se podría controlar el aforo, la plaza quedaría como algo desangelado. En la calle no existen esos controles de acceso a un recinto, y aunque podría abrirse la posibilidad a que vuelva antes el ‘bous al carrer’ a la corrida de toros, creo pensar que será todo ya para el próximo año.
El día a día, con sus constantes cambios de sentido, nos obligó a pensar cuando empezó el confinamiento que el lejano (por entonces) mes de julio volveríamos a las calles, a la arena, al barrote, al cadafal… Con el paso de las semanas, todo eso se sigue alejando, como algo inalcanzable en el espacio. Una pesadilla en la que caes al vacío y no te puedes levantar. Los más optimistas empezaron a pensar ya en septiembre como mes del regreso a las plazas de toros, pero ahora mismo, creo que ni nosotros mismo sabremos si podremos pasar un verano “normal”, en el que ni siquiera podremos disfrutar de nuestros pueblos.
Abro una posibilidad a la esperanza, ya que es lo último que se pierde. Es verdad que tal vez podamos volver a vivir una tarde de ‘bous al carrer’ en las calles de la Comunidad Valenciana (y por supuesto, en el resto de España), pero debemos ser conscientes de la gravedad del asunto, y recordar que este virus ha sido capaz de dejarnos más de 20.000 muertos. Una barbaridad. Estamos ante algo “extraordinario”, que ha paralizado nuestras vidas por completo. Y la salud, es lo más importante ahora mismo.
No olvidemos que esto ya no va solo de “tauromaquia sí, tauromaquia no”. Todos y cada uno de los eventos y celebraciones quedarán a expensas de las autoridades sanitarias para su celebración. Madrid ha dado un paso más allá y ha cancelado todos los eventos hasta finales de octubre. Más de medio año. Esas (falsas) esperanzas que dan a los aficionados con volver a los tendidos en el mes de julio no ayudan para nada, cuando la realidad es otra bien distinta. Debemos ser, como decía antes, conscientes de que estamos en una situación extraordinaria, por lo que debemos ser pacientes y cautelosos para no volver a cometer los mismos errores. Esa será nuestra mejor victoria y la mejor forma de regresar a las calles, los tendidos, las plazas…
No quisiera acabar este alegato sin acordarme de todos los profesionales y ganaderos de bravo que están pasando por momentos críticos, en las que tienen que enviar reses al matadero para poder subsistir. Por el bien de ellos (los ganaderos), espero equivocarme.