Artículo de opinión de Joan Chiva (publicado en la revista Bous al Carrer de marzo)
Aunque no sea de agrado verter esta opinión, es una realidad descarnada que la sociedad actual está sumergida en una ignorancia crónica en la que el razonamiento es mínimo y las virtudes de los demagogos se sirven de ella como instrumento manipulador. Dentro de esos sujetos demagogos se encuentra el lobby de los, como a mí me gusta denominarlos, ‘falsos animalistas’.
Los que atentan contra la libertad de los taurinos se arrogan una superioridad moral sobre nosotros basada en una serie de argumentos vacíos de contenido. Por desgracia, para esos movimientos pro-abolicionistas, los argumentos que utilizan se basan únicamente en calumnias y difamaciones. Es más, se contradicen a ellos mismos y se autoengañan. Sus mentiras para manchar la imagen de nuestra fiesta son fruto de su ignorancia. Subsidiariamente, como último recurso, recurren a la injuria y al insulto para rebatir los argumentos que los taurinos ponemos encima de la mesa. Ese último recurso es fruto de la frustración, propio de una rabieta de un niño de 3 años. Pero, ¡benditas rabietas cuando les dejas en evidencia y les refutas todos sus argumentos! Argumentos los suyos, que destacan por carecer de fundamento y están basados en el desconocimiento pleno de lo que verdaderamente es la tauromaquia.
Los ciudadanos están acostumbrados a seguir al rebaño y, ahora, parece ser que estar en contra de la tauromaquia es la nueva moda. Pero. ¿conocen exactamente qué es la tauromaquia? Ya os lo digo yo, no.
Esa crítica negativa se basa en el desconocimiento y en la ignorancia, que por iniciativa y por gusto propio, fundamentan su posición. Por ejemplo, muchas personas contrarias a nuestra fiesta fundamentan esa posición en que, por ejemplo, su “cantante preferido” dijo en las redes sociales que los toreros son unos asesinos. A ese nivel hemos llegado…
A tenor de ello, os voy a lanzar unas breves cuestiones: ¿A caso los falsos animalistas conocen la repercusión medioambiental de las ganaderías de reses bravas en las dehesas?, ¿conocen la repercusión económica del sector taurino?, ¿Conocen que la tauromaquia es una tradición antiquísima?, ¿Conocen la vida del toro en el campo?, ¿Conocen que en caso de abolir la tauromaquia la especie del toro se extinguiría?
En fin, una persona íntegra, con valores y principios, nunca juzga y critica a otra sin anteriormente tener pleno conocimiento del asunto.
Ellos, los falsos animalistas, que se hacen llamar progresistas, son los más autoritarios. Y quedaros con esto: lo verdaderamente progresista no es la imposición, sino la libertad.
Por minoría que seamos no debemos rendirnos, porque la esencia y el valor más importante es nuestra libertad. No debemos dejarnos pisotear, pero, quejarse tampoco sirve. Debemos actuar y luchar por defender la idiosincrasia de nuestro pueblo, la tauromaquia.