Bananero entró en la historia de un pueblo el pasado 6 de marzo. Y, en concreto, de su asociación formada, en su mayoría, por gente joven. El toro de la ganadería Hermanos Domínguez Camacho silenció a todo el coso cuando abrieron la puerta del cajón. Y era complicado por la cantidad de gente que allí nos juntamos. Lo recibieron, con el albero vacío, dos miembros de la asociación. Solo ellos dos estaban ante el peligro para recibir de frente a Bananero. ¡Qué bonita fue la salida!
Se abrió el cajón varios minutos después de la hora prevista. El toro salió lento, hasta que decidió arrancarse cuando ya vio a los que recibían al toro. Fue como un cohete. Directo. Uno de los sellos de identidad que dejó el bello ejemplar fue las arrancadas. Siempre con peligro y con un punto de emoción. A partir de ahí, lo que pudo llegar a ser se quedó en nada. Y quién sabe a cuanto pudo llegar ese toro de gran arrancada.
La plaza se llenó de gente. Sí, la arena. Y el toro comenzó ya a ver que ahí no era el dueño. Desde la organización, además de con pastores en el ruedo, se informaba por megafonía la insistencia de liberar la arena de gente para poder ver al animal. Y sobre todo, para respetar. Tanto al que se pone delante como al propio toro. Envidia sana de aquellos sitios en los que de verdad el toro es el protagonista, y no el que quiere estar en el centro del ruedo simplemente para la foto.
A los recortes iba bien el animal, aunque salía suelto del embroque. En la muleta, protestaba y después, ya le costaba dar algún que otro pase. Lo que no dejó de hacer fue arrancar, tanto que prácticamente era imparable. ¡Ay, si esto lo viéramos en otros lados! Una delicia para el espectador. Y, posiblemente, para el rodador y recortador.
Entre los innumerables detalles de la noche, uno en especial. Varios miembros de la asociación, formada por unos 350 socios, desplegó al finalizar la suelta una pancarta en la que rezaba: “Galapagar es taurino”. Para finalizar, se dieron suelta a dos vacas que dieron buen juego y animaron la noche. Desde estas líneas, dar la enhorabuena a la asociación Suerte y al Toro por volver a poner al toro como verdadero protagonista de la fiesta.