Ha quedado en la retina de los aficionados y posiblemente grabado para siempre, el mes de marzo del 2020. Unas fechas muy señaladas para los taurinos de la Comunitat Valenciana ya que el olor a pólvora, barrunta la proximidad de las fiestas Falleras o Magdaleneras y con ellas (no puede ser de otra manera) el Bou.
La importancia del mes de marzo es clave para el inicio de la temporada; el gusanillo corre por el estómago de los aficionados que alternan encuentros festivos con visitas a las dos plazas de toros referentes de nuestra tierra.
Castellón y Valencia o Valencia y Castellón, como ustedes quieran, son el cohete de aviso ante lo que se avecina. Concursos de recortes, exhibición de las mejores vacas y toros del terreno, corridas de toros y un horizonte esperado durante el largo invierno; San Vicent en abril y las fiestas taurinas de mayo.
Este maldito virus ha conseguido lo que nunca han podido formaciones políticas, entidades de corte animalista o ilusos disfrazados de ciudadanos de bien; Paralizar la actividad taurina de toda la región valenciana y a su vez todo el entramado socio-cultural, económico y festivo que arrastra la Cultura de Bou tras de sí.
Hay que cambiar los conceptos desde ya, si no nos adaptamos y comenzamos a ilusionarnos con posibles nuevos escenarios taurinos, el impacto físico de este virus será peccata minuta ante el daño moral y psicológico del mismo.
Como habéis podido observar las últimas semanas seguimos trabajando día a día, sin prisas pero con un objetivo único; seguir activos, avivar cada uno de los días de confinamiento la llama del Bou, evitando el abandonos de nuestra fiesta por parte de todos y cada uno de los que mueven los hilos políticos del país.
Hay que estar preparados, mejor aún… Estamos preparados para reactivar la temporada en el momento que las Autoridades Sanitarias lo estimen oportuno y es tarea de cada una de las peñas u aficionados taurinos de nuestra tierra, mantener viva la ilusión por volver cuanto antes.
Los últimos días, nos han situado en un escenario duro y difícil para todo el sector taurino; El valenciano y el nacional, los ganaderos y cebaderos, pero también todos y cada uno de los que participan directa e indirectamente en organizar un día de Bous al Carrer.
Ante esta situación económica fatal para la supervivencia de la Cultura de Bou, presentamos informes y proyectos de reactivación, llamamos a puertas y vivimos al límite colgados de teléfonos y videoconferencia. Todo entra dentro de la línea de trabajo conceptuada para esta ocasión, pero la mejor forma de recuperar terreno perdido, de colaborar con todo el sector del Bou y retomar (cuando sea posible) nuestra forma de vida es, lo que todos conocemos como “bou fora”.
Vamos a ello amigos, estemos preparados para cuando llegue el momento y no demos el año por perdido. El Bou al Carrer por peso e historia tiene que ser la primera de todas. Las Autoridades comenzaran a reactivar cuando estimen oportuno la vida social de los ciudadanos y que mejor activo que el Bou para ello.
Un espectáculo al aire libre; Generador de economía local, autonómica y nacional así como el mejor activo emocional y festivo de cuantos existen. Jugamos con ventaja ya que nuestra tierra alcanza temperaturas muy altas en verano (propicias para eliminar este virus).
Estamos preparados, dispuestos y como no podía ser de otra forma (así ha sido siempre) respetuosos con las decisiones de las Autoridades competentes.
Animo a todos y ‘al Bou’.